La regla número uno para restaurar un velocímetro de un auto clásico dice así:
*Si ves a la venta un velocímetro idéntico y en buen estado, ¡Cómpralo!
Lo malo es que cuando estamos restaurando un auto que es poco común, del que hayan fabricado poca cantidad o sea de alguna edición limitada, esta regla simplemente no aplica. Es el caso de mi MGC.
De los pocos MGCs que se construyeron (algo más de 9000 en total), muy pocos se hicieron con el tablero de metal, con los velocímetro y tacómetro de carátula grande, y que además marcara en sistema decimal (Km/h). Ya se imaginarán que conseguir un velocímetro que funcionara era prácticamente una misión imposible.
Este es el estado en el que encontré los instrumentos del MGC. Todos los vidrios rotos, sin agujas, totalmente oxidados. Y en el caso del velocímetro, para colmo, por el óxido estaban pegados los engranes y los diales del odómetro.
Cuando tienes un caso así, lo recomendable es que busques las especificaciones del fabricante. Muchas veces requiere de mucho trabajo de investigación, sobre todo en internet, y muchas veces encuentras una respuesta en los foros especializados en autos de la marca. Para los velocímetros de Smiths, que es el proveedor de casi todos los instrumentos de los MGs clásicos, encontré una tabla con las relaciones de engranes que deben llevar, en cada número de parte de velocímetro. Esta, en realidad no era del fabricante tal cual, sino que fue una recopilación de datos hecha por los fanáticos de los MG durante mucho tiempo.
Ya con esta información, sabía que podía conseguir un par de velocímetros de MGB, que son mucho más comunes para poder reconstruir el mio. No tardé gran cosa en localizarlos en Ebay, uno usado y el otro NOS. (NOS= new old stock, como lo pueden ver en la siguente foto... un velocímetro de los 70's, nuevo, en su empaque original)
Entonces aquí empieza la tarea de desarmar todo y empezar a intercambiar las piezas dañadas por las nuevas.
Ya que terminas, debe quedarte una maquinita ¡limpia y contenta!
Una vez que ya tienes armada la maquinita, la parte del odómetro es muy sencilla de probar, con un taladro y una punta cuadrada haces girar el mecanismo como lo haría normalmente el chicote que lo conecta a la transmisión. Como esta es la parte que funciona con engranes, mientras los engranes tengan la relación correcta, siempre te van a dar una medición correcta. lo único que tienes que revisar es que funcione. Si los diales se atoran o no se mueven tienes que revisarlo nuevamente.
Para la parte del velocímetro es donde se pone interesante el asunto. Este se calibra girando un pequeño tornillo al frente.
La mejor forma de calibrarlo sería en un stand de pruebas que pueda variar las revoluciones, simulando el chicote, y tener la relación de revoluciones del chicote contra la velocidad del auto. Pero seamos sinceros... ¿quién tiene un juguete de esos en su casa?
Otra forma de calibrarlo, es montando el eje trasero del auto sobre bancos, de tal manera que queden levantadas las ruedas del piso. Poner el auto en marcha y hacer una relación entre las revoluciones del motor que marca el tacómetro, la marcha en la que está andando y la velocidad que debería marcar el velocímetro. Así se puede calibrar directamente en el auto.
Otra forma, es hacerlo a prueba y error, con la ayuda de un GPS que pueda darte la lectura de velocidad. Circulando por la calle haces una relación de las lecturas del velocímetro contra las del GPS. Si la lectura del velocímetro es menor a la del GPS, aflojas un poco el tornillo. si es mayor lo apritas. Así, la prueba de fuego, si vives en México DF, sería circular por el segundo piso del periférico a 80 km/h, si recibes una infracción por exceso de velocidad, ¡vuelve a ajustar tu velocímetro!